A la orilla

Huerto

Desolado campo

Entre astillas
yacen
los desvanecidos.

Cómo se demora el viento,
canoro,
desfilan las fibras
del atavío que abriga.

Amoldan cristalinos
la mirada,
Pasan las horas…

La noche custodia
un próximo atardecer

Ante estos vestigios,
la renuncia
les abraza.

Tejidos al filo

La luz arrancó la memoria
del metal reforzado en su talle

Salpican gotas sobre la mano
envuelta en arena

El desgarrado tejido, al filo trama
apuntes musicales
que irrumpen el sueño.